¿COMO ES UN CASTOR?
El castor es un verdadero prodigio de la naturaleza, tanto por su comportamiento como por su anatomía. Su cuerpo compacto y adaptado perfectamente a la vida semiacuática lo convierte en una especie fascinante que vale la pena conocer a fondo.
Con una longitud promedio de entre 70 y 90 centímetros, sin incluir su peculiar cola y un peso de entre 16 y 30 kilogramos, los castores destacan como uno de los roedores más grandes del mundo. Su característica cola es aplanada y escamosa, actuando como un equilibrio perfecto mientras trabajan, un instrumento de alerta al golpear el agua y muy útil a la hora de nadar.
El pelaje de los castores es su abrigo contra las inclemencias del tiempo. Está compuesto por dos capas: una interna suave que los aísla del frío y una externa resistente al agua que los protege en su entorno acuático. Este diseño es ideal para un animal que divide su tiempo entre la tierra y los ríos o lagos.
Sus dientes incisivos son otra maravilla de su anatomía. De un distintivo color naranja gracias al hierro en su esmalte, estos dientes crecen constantemente y están diseñados para cortar madera con facilidad, un rasgo esencial para sus construcciones.
Sus patas delanteras, pequeñas pero habilidosas, les permiten manipular ramas, troncos y barro con una sorprendente destreza, mientras que sus patas traseras, palmeadas, los impulsan ágilmente en el agua. Además, sus ojos cuentan con una membrana transparente que funciona como unas gafas naturales para ver bajo el agua, mientras que sus orejas se cierran herméticamente al sumergirse.